Después de haber experimentado tanta paleta de colores en la vida merece la pena seguir cultivando día a día las buenas prácticas, habitar en la felicidad, en la risa, en los actos bondadosos….. no dejarse llevar por los automatismos inconscientes a veces dañinos o destructivos.
La práctica de la dicha deja el sabor de boca más dulce que se pueda imaginar.
Incluso en los momentos no tan fáciles tomar conciencia y recordar mantener este néctar para que la vida sea tan dulce como la quieras vivir.
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